Otro
disfraz de la Democracia: "El Gobierno de los sondeos"
Por Pedro González / AKN – Agencia Kanaria de Noticias
Mientras observamos como otros gobiernos del entorno europeo del
español, realizan referéndum para casos como el del euro, en
España se da por inadmisible llevar estos temas a la voz del
populacho.
La manipulación
de las encuestas a pasado a ser sustituida por la falsificación
de éstas. Convirtiéndose en una de las armas preferidas de los
creadores de corrientes de opinión del mundo
“desarrollado”, por su simplicidad y mensaje, se ligan a
cada campaña unos sondeos de población fácilmente
desmontables por su abierta manipulación. Aunque siempre la
complejidad de la exposición esgrimida para el desarme de la
trama, retrasaría tanto la reacción de la opinión pública
que ya se encontraríamos caducado el problema original.
El principio
de los sondeos se basa en la manipulación de la presentación
del tema, o la misma pregunta. Dando la impresión que
cualquiera que sea la respuesta lleva al mismo resultado. La
pregunta en sí, puede admitir respuestas abiertas o cerradas,
dando siempre la apariencia de que las respuestas abiertas hacen
gala de mayor libertad de expresión, aunque una vez se hacen públicas
ya se han filtrado las opiniones que no “interesan”, lo que
es siempre más “honroso” que transfigurar la realidad de lo
expresado por el encuestado, en ocasiones incluso, haciendo
entrever que se le ha dado una correcta forma de técnica
expresiva. La táctica que aplica ahora el sistema español y su
periferia, no es nueva entre los gobiernos de los países
desarrollados. Ya hace tiempo, el analista italiano Giovanni
Sartori, nos avisaba que las respuestas dependen del modo en que
se formulan las preguntas, y que el que responde frecuentemente
se siente forzado a darla improvisadamente.
En estas
formas se puede comprobar fácilmente que las opiniones
recogidas son débiles, volátiles, inventadas y reflectantes
(reflejan lo que han dicho antes los medios de comunicación).
Sartori afirma también que son fácilmente manipulables. Según
éste, hay un problema fundamental que es el sondeo-dependencia,
que se ha convertido en un fenómeno del que se abusa demasiado
y este problema estriba en que las encuestas se limitan a
preguntas que piensa la muestra sobre algo, sin averiguar
previamente que es lo que saben del tema sobre el que se
pregunta. Argumenta que las instituciones de investigación
sociológicas antes de plantear un sondeo tendrían que
determinar por medio de entrevistas profundas, el grado de
conocimiento o desconocimiento del gran público. El Italiano,
con sus estudios sobre el tema, puso en la palestra el término
“El gobierno de los sondeos”: nada muy debatido, por cierto;
más bien olvidado a posta.
La técnica
en sí “tan valiosa para gobernar en paz” significa sin
embargo la pérdida de la ética periodística en cuanto a
sociología se refiere. Y sólo ha sido denunciada por
estudiosos ajenos a la práctica profesional, lo que da ha
pensar la frecuencia con que se utiliza. Sin embargo no es sino
otro componente más de la manipulación mediática actual, que
antes desaparecerá de las páginas de periódicos y web
oficiales que retomar su digno origen estadístico, válido para
la investigación sociológica. De todas formas hay que asumir
el hecho de que entre los poderes financiero y políticos existe
una sustancial diferencia, estando al frente de los medios el
primero que le dará la orientación considerada conveniente según
el momento, sin valorar negativamente la posibilidad de dar
bandazos ideológicos o políticos. Ante el poder adquirido por
las fuerzas financieras que acaparan los medios, capaces de
manejar a su antojo las corrientes de opinión, los gobiernos
optan por la ejecución de decisiones trascendentales tomadas
sin consulta previa o publicidad alguna. Noam Chomsky lo contaba
así: “...decisiones cruciales, de un enorme impacto, van a
ser tomadas a un nivel donde la gente no puede influir ni
siquiera indirectamente a través de sus parlamentos,..”
“Esto nos lleva a una meta largamente acariciada por el poder.
A mantener las formas democráticas pero asegurándose de que no
puedan influir ni interferir con los poderes privados”.
Para el
observador estas tramas son evidencias constantes, consecuencia
de las luchas entre los poderes de la alta esfera social. Sin
embargo no por eso dejan de ser inquietantes las manipulaciones
antes referidas, con las que realmente se justifica no necesitar
más formación crítica entre la población. Y es que la
cultura también es una baza importante cuando se trata del
dominio popular, aunque en estos momentos sea imposible de
monopolizar totalmente, igual que está pasando con los medios
informativos de la era de la comunicación. Hubo una época en
que la población llana argumentaba no entender la jerga política.
Hoy sin embargo, hemos llegado a un punto en que de lo que se
trata es de comprender la verdadera intención entramada tras su
discurso. Pero ¿qué hacer cuando a dos preguntas hay una sola
respuesta?
Rememoremos
un ejemplo claro: Durante meses se desata una campaña
orquestada desde la prensa local de Tenerife, por la que se
denuncian constantemente casos de corrupción en la zona sur de
la isla. Mafias organizadas, grupos de nacionalidades concretas,
detenciones masivas, intervenciones policiales de ámbito
internacional, operaciones conjuntas, etc, se publican
continuamente pretendiendo haber descubierto lo que otros tenían
por un hecho desde hace años. Pero de repente sale un medio
“iluminado” proponiendo una encuesta en su web, de cuya
promoción y seguimiento se encarga su propio canal de televisión:
¿Cree usted que hay mafias organizadas en el sur de Tenerife?.
Solo dos posibilidades de respuesta: si o no. Cuando la
respuesta lógica ya era “No creo, estoy seguro”.
Hacer públicas
las cifras de la encuesta es sólo un punto y seguido, para
retomar la fase final de la campaña exigiendo “en nombre del
populacho” el aumento de los “efectivos policiales”. O lo
que es lo mismo, concluir finalmente con el objetivo inicial de
una campaña perfectamente orquestada, falseando que al final
“sólo se ha cumplido la voluntad popular”.
La
investigación sociológica ligera queda tan lejos de la
realidad, como real es que durante la proyección de una película
todos los espectadores son capaces de cambiar por empatía con
el actor o la actriz principal, para reconvertirse en si mismos
al poco de olvidar el film. Y no se trata de que no podamos
dejar volar la imaginación durante la proyección de la película,
sino de que hay que tener constantemente despierta la reflexión
y crítica, sobre todo en cuanto a los medios informativos se
refiere.
Pedro
González / AKN – Agencia Kanaria de Noticias
ekade@red-akn.net
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