AÑOS DE FRACASOS
EN LA PGR
- Cada día
se acumulan más expedientes sin resolver
- A pesar de
todo persiste la corrupción en las filas
de la PJF
- Gritos y
falacias de Madrazo a cambio de
resultados
El general Rafael Macedo
de la Concha, flamante procurador General de la
República, debe conocer que la incapacidad es
una forma de corrupción, un axioma que se puede
atribuir al equipo de trabajo que aún existe en
el edificio de Violeta y Reforma.
La mencionada dependencia
enfrenta ahora la más severa crisis de
eficiencia y de credibilidad; tiene docenas de
casos sin resolver, agentes federales corruptos
en franca colusión con los cárteles de la
droga, existe incapacidad para trabajar y para
resolver los casos más relevantes.
Permanece la
existencia del tráfico de influencias, la
creciente deshonestidad en casi todos los niveles
de mando, un oficial mayor suicidado
(Juan Manuel Izabal Villicaña) y el ex
director de Bienes Asegurados Francisco Miranda
Noricumbo, exonerado de todos los cargos.
El doctor, Jorge
Madrazo Cuéllar, consul en Seattlet, EEUU, quien
fue el octavo procurador general en ocho años, y
ex director de la Comisión Nacional de Derechos
Humanos, seguramente será citado para responder
de todas las críticas y de los casos sin
resolver.
Madrazo prometió limpiar
la casa y la dejó más sucia, con la
credibilidad bajo cero, sobre todo desde que dio
a conocer su personal decisión de dar carpetazo
a las investigaciones del asesinato del candidato
presidencial priísta, Luis Donaldo Colosio y del
cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo y ratificar
el suicidio del subsecretario de
Normatividad de la Secofi, Raúl Ramos Tercero.
En un intento de evitar
problemas sindicales resolvió pagar
salarios sin trabajar a poco más de 1,000
agentes federales del extinto Instituto Nacional
de Combate a las Drogas, quienes ahora exigen ser
reinstalados, hasta por la total ausencia
de resultados en las investigaciones del crimen
en contra de José Francisco Ruiz Massieu y del
oportuno suicidio de Mario Ruiz
Massieu.
Están pendientes
los resultados de las pesquisas del genocidio
ocurrido en 1997 en Acteal, Chiapas; de la
masacre de campesinos ocurrida en Aguas
Blancas, Guerrero y de la ejecución
de tres familias con presuntos con
narcotraficantes, en Ensenada, Baja California.
El anterior abogado de la
nación reconoció sus fallas, en su
comparecencia ante senadores el alto grado de
corrupción que existe entre los agentes
judiciales federales, muchos de los cuales se han
convertido en aliados de las bandas de
narcotraficantes, gracias a los enormes ríos
de oro que riegan los delincuentes.
Pero se justificó al señalar
que no buscó ser Procurador de la República,
además retó al gobierno panista, a que
resuelvan los casos pendientes y no sólo se
dediquen a criticar.
Sin embargo, los
legisladores le recordaron que en la dependencia
encargada de la procuración de justicia no hay
un solo caso importante resuelto, sino que al
contrario se acumularon más cada día.
La PGR tiene casos,
como es el atentado a tiros en contra de
una instalación de la policía federal
preventiva, en Cuajimalpa, y que sin duda
engrosará más los pendientes de resolver.
Además está pendiente
el relevo de la fiscalía especial del Caso
Colosio, en que hubo el ya clásico carpetazo,
uno de los casos más sonados que tiene la
dependencia.
Además de la gran asignatura
pendiente que es la justicia, se detectan otras
clases de fallas en los operativos que realizan
los policías, comandantes y empleados de la PGR
para capturar a Benjamín, José Francisco y Ramón
Arellano Félix, a los que el Presidente Vicente
Fox, les ha declarado la guerra, y a otros
traficantes famosos como Juan José Esparragoza,
conocido como El Azul o Vicente
Carrillo Fuentes.
El anterior procurador
general de la Federación, fue muy
criticado por su falta de capacidad y de carácter,
-- que trató de ocultar por medio de gritos --
y por dejar el mando de la Procuraduría
General de la República en manos de militares,
que sólo rindieron parte al alto mando de
la Sedena.
La PGR tiene muchos casos
por aclarar que son como pesados lastres, como la
masacre en Tlalixcoyan, la explosión en el
ducto de gas en el sector Reforma, los asesinatos
del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, del
candidato presidencial Luis Donaldo Colosio y de
José Francisco Ruiz Massieu, o de los crímenes
colectivos ocurridos en Aguas Blancas, Acteal,
Ensenada, en el Periférico Sur, en un
estacionamiento de un centro comercial y muchos más.
La Procuraduría General
de la República se convirtió en una oficina en
donde la impunidad, la corrupción y la
incapacidad, son base de las actividades
diarias.
Se recuerda la actuación
de Fernando Lozano Gracia, porque durante
su gestión, sus colaboradores fueron
los autores de la siembra de una
calavera en una residencia ubicada en la delegación
de Cuajimalpa, para inculpar al ingeniero Raúl
Salinas de Gortari, mejor conocido como el hermano incómodo, del asesinato de
su cuñado José Francisco Ruiz Massieu.
La lista de otros
pendientes que tiene la PGR son muchos y
muy variados, desde la fallida extradición
del banquero Carlos Cabal Peniche, hasta la difícil
captura de los peligrosos narcotraficantes
hermanos Arellano Félix, conocidos en el mundo
del narco como los hermanos arete.
Otro asunto que pesa como
piedra volcánica es la detención de
decenas de indígenas chiapanecos, acusados de
todo en relación a la matanza en Acteal y
que a la fecha no se les ha podido comprobar nada.
Muchos siguen presos en el penal de Cerro Hueco,
en el estado de Chiapas-.
Los casos sin resolver
que tiene la dependencia se inician con la
masacre ocurrida en el municipio de Tlalixcoyan,
Veracruz, en donde hubo un enfrentamiento a tiros
entre soldados y agentes federales de la PGR.
Todos recién egresados de la Academia de Formación
Policial.
En esa ocasión, además
de los siete agentes federales muertos, por la
supuesta protección de casi dos toneladas de
cocaína, se inició un distanciamiento entre el
personal de la Secretaría de la Defensa Nacional
y la PGR.
El procurador federal era
en estos tiempos era Ignacio Morales Lechuga,
pero el funcionario que tuvo conocimiento de los
hechos por parte de la Comisión Nacional de los
Derechos Humanos fue Jorge Madrazo Cuéllar.
Los resultados, a la
fecha son nulos, nunca se supo que pasó en
realidad. En la pasada administración no se hizo
nada por conocer a fondo los motivos de la
balacera.
Esta es una parte de la
larga lista de casos pendientes de resolver:
No hay Resultados
verdaderos de las investigaciones que originaron
la explosión del drenaje en el sector Reforma,
en la ciudad de Guadalajara, Jal., y conocer
hacia donde se orientaron los recursos económicos
que el gobierno de la República envió para
beneficio de los damnificados por el estallido.
El reciente carpetazo a
las investigaciones del asesinato del cardenal
Juan Jesús Posadas Ocampo, y de seis
personas más, ocurrido en el aeropuerto
internacional de la ciudad de Guadalajara.
Pero a poco más de siete años,
los resultados son casi nulos, el único detenido
fue: Joaquín El chapo
Guzmán Loera, connotado narcotraficantes, quien
se fugó del penal de alta seguridad
de Puente Grande, Jalisco.
Las investigaciones que
mantienen en prisión a Raúl Salinas de
Gortari, por la participación intelectual en el
caso del asesinato de Ruiz Massieu son
endebles y ante la desaparición del diputado por
Tamaulipas, Manuel Muñoz Rocha, no hay un
testigo fuerte.
Raúl Salinas ha enviado
diversas cartas a todos los medios informativos,
dio una entrevista a la televisión privada, en
ambos casos se defiende de las acusaciones y de
los señalamientos de una publicación que editó
su amasia María Bernal y de la nueva ofensiva de
parte de la PGR.
Pendiente también esta
el caso de la Conasupo, como la compra de cientos
de toneladas de leche en polvo contaminada con
radioactividad y que a la fecha no ha sido
completamente investigada, a pesar de las
exigencias de los diputados que integran la
comisión respectiva.
Otra falla de la gente
que ha pasado por la PGR es que no han logrado la
localización y captura de los hermanos Benjamin,
José Francisco y Ramón Arellano Félix, de
Vicente Carrillo Fuentes, de Jorge Stergios, de
Manuel Muñoz Rocha, de Justo Ceja, de Juan José
Esparragoza, mejor conocido como El Azul,
de los invisibles asesinos del Cardenal Posadas
Ocampo y de otros muchos.
No hay resultados
en las investigaciones de los dos encobijados,
que fueron tirados en el anillo periférico, (Eleno
Nüñez y Ana María Rubalcaba), En este
caso, murieron varios policías uniformados
en una situación que no ha sido plenamente
explicada.
A los funcionarios de la
PGR les falta cumplir la orden de presentación
del ex secretario privado del ex presidente
Carlos Salinas de Gortari, señor
licenciado Justo Ceja Martínez.
Capturaron en forma
fortuita al ex subsecretario de la Contraloría
de la Federación, Salvador Giordano Gómez, a
quien se le vincula con el ingeniero Raúl
Salinas, pero sin orden de aprehensión y lo
arraigaron en el hotel Casa Blanca. Fue
dejado en libertad.
Otra raya en el agua, es
la fuga de Juan Manuel Gómez, quien fuera el
contador del ingeniero Raúl Salinas, y quien
pudo salir en menos de 24 horas de un encierro,
no fue vigilado y sin ningún problema,
pudo burlar la vigilancia de los policías de la
Procuraduría General de la República. A
la fecha, nadie sabe en donde está.
Otra mala costumbre que
no se ha logrado erradicar en la PGR es la
nefasta costumbre de los agentes federales que
tienen su propio código de acciones, realizan
detenciones a su gusto, efectúan cateos
sin mandato judicial, forman comandos para
incrementar la lista de secuestros, trafican con
armas y drogas, asaltan a toda clase de
ciudadanos y además, como si fuera poco,
también tienen la mala costumbre de robar en
casas habitación. Es el llamado botín
de guerra.
No hay ningún resultado
de las investigaciones para tratar de localizar
la casi media toneladas de cocaína, desaparecida
de las instalaciones de San Luis Río Colorado,
Sonora.
Tampoco hay resultado del
acto de magia que se descubrió en las
instalaciones del Instituto Nacional del Combate
a las Drogas, en donde varios kilogramos de
cocaína fue convertidos en talco perfumado. Hay
decenas de casos más que sería muy largo
enumerar.
Sin embargo, a pesar de
todo, varios funcionarios de primer nivel
de la Procuraduría General de la República,
fueron ratificados y permanecen inamovibles en
sus cargos a pesar de sus torpezas, de la
corrupción comprobada de agentes
policiacos, de la falta de resultados y de la
comprobada ineficiencia en la responsabilidad que
les entregaron.
Más lo que se acumule en
el presente sexenio, ahora bajo el mando de un
general de brigada, que fue procurador de
justicia militar, Don Rafael Macedo de la Concha..
Roberto Villareal
México
robervill@hotmail.com
Volver al Índice de las Notas de la
Comunidad Mediosmedios
|